La presidenta del PP de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, ha afirmado hoy que los populares cántabros están contentos y preparados para ganar las elecciones generales, en las que los cántabros deben apostar por la unidad de España y la recuperación de las inversiones necesarias para el desarrollo de la comunidad.
Buruaga ha dicho que los populares están contentos porque Pedro Sánchez ha optado por la que era su única salida: dejar que los españoles hablen y decidan como venía pidiendo el Partido Popular.
Porque ha sido el Partido Popular y la movilización de los españoles que se echaron a la calle ante las cesiones del presidente a los independentistas, ha añadido, los que han conseguido poner fin a su estrategia de resistencia.
“Estamos contentos y salimos a ganar estas elecciones. El Partido Popular está preparado en España y en Cantabria”, ha dicho la presidenta, quien ha defendido que hoy hay que apostar más que nunca por concentrar el voto donde es útil para España y para Cantabria, y ese es el voto del PP.
Buruaga ha afirmado que el 28 de abril los cántabros tienen que elegir qué España y qué Cantabria quieren, y Cantabria debe apostar por la unidad de España y la recuperación de las inversiones necesarias para esta tierra, por más España, más crecimiento, más empleo, más oportunidades y más Partido Popular”.
Y ha anunciado que el próximo jueves reunirá a la Junta Directiva Regional para alinear a todo el partido en el objetivo de ganar las elecciones generales y poner en marcha la maquinaria electoral.
Sobre la fecha de convocatoria de las elecciones, ha afirmado que el PP de Cantabria consideraba mucho más lógico y racional que las elecciones se celebraran ya, en la primera fecha posible, o que se celebraran todas a la vez.
Según la dirigente popular, ninguna de esas dos cosas ha ocurrido porque en la decisión de Pedro Sánchez ha pesado mucho más la delicada situación interna del PSOE, con unos barones, incluido Miguel Ángel Revilla, que no quieren medirse con él porque saben que es un lastre, y la instrumentalización de la Moncloa al servicio de sus intereses particulares y partidistas.